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Publicado en Educaci贸n...
Martes, 1 de Julio del 2025

馃搲 El error de financiar el gasto corriente con deuda: lecciones desde el Estado argentino

 

Uno de los errores más repetidos en la política económica argentina ha sido confundir el financiamiento con los ingresos genuinos. Este desliz no es solo técnico: tiene consecuencias profundas para la estabilidad fiscal, la confianza en los mercados y el bienestar de la población. En este artículo analizamos por qué usar deuda como si fuera flujo de caja es un camino riesgoso, insostenible y, en muchos casos, evitado por países que lograron ordenarse.

馃Ь ¿Qué significa financiar el “gasto corriente”?

En términos simples, el gasto corriente es todo aquello que el Estado paga en forma regular y que no genera un activo a futuro. Por ejemplo:

  • Sueldos de empleados públicos

  • Jubilaciones y pensiones

  • Subsidios y transferencias

  • Compras de insumos para funcionamiento del Estado

Este tipo de gasto debería estar financiado con ingresos corrientes, como la recaudación de impuestos o las contribuciones a la seguridad social. Sin embargo, en muchas ocasiones, se recurre a la deuda para cubrir estos pagos, lo que genera un desbalance estructural.

馃彟 ¿Por qué se recurre a la deuda?

La respuesta suele ser política y no técnica. El endeudamiento permite postergar decisiones difíciles (como reducir el déficit o mejorar la eficiencia del gasto público), generando una ilusión de estabilidad. Es tentador: se puede seguir pagando sueldos y jubilaciones, mantener subsidios o incluso lanzar nuevos programas, sin tener el dinero genuinamente disponible.

馃嚘馃嚪 El caso argentino: deuda usada como ingreso

Argentina vivió este fenómeno en múltiples etapas:

  • En los años '90, gran parte del gasto corriente se financió con deuda externa, lo que terminó en la crisis del 2001.

  • En 2016-2018, con la salida del cepo cambiario, el Estado volvió a financiar déficit con deuda en dólares, sin reformas estructurales.

  • En pandemia, incluso con acceso limitado al financiamiento externo, se emitió deuda local para cubrir gastos corrientes.

El problema es que la deuda, a diferencia de los impuestos o los recursos productivos, hay que devolverla. Y en el caso argentino, muchas veces esa deuda se toma en dólares, lo que agrega un componente cambiario al problema fiscal.

馃搲 ¿Qué consecuencias genera esta práctica?

  1. Déficit crónico: Al no resolver el desbalance de fondo, el déficit vuelve año tras año, incrementando las necesidades de financiamiento.

  2. Vulnerabilidad externa: Si la deuda es en moneda extranjera, cualquier cambio en el tipo de cambio genera más presión sobre la deuda pública.

  3. Menor credibilidad: Los acreedores exigen tasas más altas o dejan de financiar a un Estado que usa mal los recursos.

  4. Crisis recurrentes: La historia argentina está plagada de defaults, reestructuraciones y corridas cambiarias por no haber cortado este ciclo a tiempo.

馃挕 ¿Qué debería hacerse con la deuda pública?

El endeudamiento no es, en sí mismo, algo negativo. De hecho, puede ser una herramienta potente para impulsar el desarrollo, siempre que se utilice de forma estratégica:

  • Para financiar infraestructura productiva (puentes, rutas, energía, logística).

  • Para apalancar inversiones que generen ingresos fiscales futuros.

  • Para cubrir déficits temporales y excepcionales, como una pandemia o una guerra, acompañados de un plan de consolidación fiscal.

En otras palabras, la deuda debe generar capacidad de repago futura. Si eso no ocurre, lo que hoy parece solución será mañana un problema mayor.

馃攣 Deuda no es ingreso, es compromiso

Uno de los principales errores conceptuales es contabilizar el ingreso de deuda como si fuera un recurso más del Estado. En la contabilidad pública, eso se llama “fuente financiera”, pero no equivale a ingreso genuino. Es un compromiso a futuro.

Cuando se financia el flujo de caja operativo del Estado con deuda, es como si una empresa pagara los sueldos con la tarjeta de crédito: funciona un mes, quizás dos, pero el pasivo se acumula sin solución estructural.


馃Л Reflexión final

Usar deuda para cubrir gastos corrientes es pan para hoy y hambre para mañana. Las crisis fiscales que vivió Argentina tienen una raíz común: no resolver los problemas estructurales y taparlos con financiamiento temporal. El futuro de una economía sostenible requiere responsabilidad fiscal, inversión inteligente y una planificación a largo plazo. La deuda puede ser parte de ese camino, pero nunca debería ser el pilar que sostiene el funcionamiento diario del Estado.